presenta
Roberto Vincenti
Compositor
¿Por qué decidiste ser artista?
Para mi, ser artista es un estilo de vida. Es una y mil maneras de ser. Puedo expresar un montón de cosas que de lo contrario, sentiría que estoy bloqueando emociones. Pero este don hay que saber usarlo.
¿Cuál es el nombre de la obra en la que estás participando en estos momentos? ¿Cómo llegaste a ella?
Estamos haciendo “El Asesino de la Ventana” en el C. C. El Deseo. Llegué a ella gracias a la amistad que nos une con el autor y director de la obra, Daniel Piedrabuena. Con él compartimos proyectos maravillosos en teatro.
¿Y cómo encaraste la composición de la música original en ella?
Tuve la suerte de contar con el guión ya listo y así trabajar con tiempo. Cuando se hace una banda sonora, es muy importante entender los climas de cada escena, las emociones que el director quiera enfatizar. Siempre es necesario sentirse un poco espectador para probar si el resultado es el deseado.
¿Cuál fue el mayor desafío de estar en este proyecto?
Es la primera vez que trabajo con este género. El policial negro, el drama. Cuando observás a los personajes para conocerlos, te encontrás con historias fuertes, desgarradoras. Y la música tiene que reflejar toda esa locura que caracteriza a la obra. Te mantiene atrapado de principio a fin.
¿A qué edad nació esta pasión por la música que tenés? ¿Cómo fueron tus primeros pasos?
En la casa de mi abuela paterna había un piano. Asique ya era para mi, como un juguete más. Con el tiempo dejó de serlo, para convertirse en un instrumento para crear. A los 8 años empecé a tomar clases de piano con Rosa, una vecina del barrio. También tocaba la guitarra, pero como quien dice “de oído”.
¿Tus padres te apoyaron en tu camino artístico?
Mis padres sin saberlo, me dieron todo. Hasta los 26 años todavía no creía que podía dedicarme a componer bandas sonoras. Fue más bien un pasatiempo. Hoy me guían desde el cielo en este camino maravilloso, y cada vez que estamos por dar función, los imagino sentados entre el público, esperando ansiosos por dar el merecido aplauso.
¿Cuántos años ya llevas en el ambiente?
En el ambiente artístico en general, van 15 años. Participando en diferentes proyectos musicales y mis primeras obras de teatro. Siempre haciendo música.
Me imagino que en todos estos años debemos tener mil anécdotas ¿Cuál es la que más recordas, que hoy nos puede robar una sonrisa?
Ok, voy a contar una. Pertenece a una obra de teatro que no puedo decir el nombre (risas). Resulta que en el final de la obra uno de los personajes muere. Y cuando termina, no se le da al público una señal clara de que tiene que aplaudir. Entonces, de repente se escucha que alguien del fondo empieza a aplaudir lentamente… y era el personaje que acababa de morir!.
¿Con quién te hubiera gustado trabajar?
Me gusta mucho el cine argentino. Creo que logra sensibilizar al espectador muy fácilmente. Y para eso es fundamental una buena banda sonora. Campanella es un gran director, con quien me encantaría trabajar.
Para poder crear música a pedido, es necesario tener una escucha musical variada. Y todavía me cuesta dejar a mis ídolos (Charly García, Pink Floyd). Empecé tocando punk/rock con mi primer banda, y ahora hago música de terror.
¿Cuáles eran tus sueños cuando eras niño? ¿Los llegaste a cumplir?
Cuando era niño quería ser como mi papá. Él se dedicaba a la electrónica. No tenía muy en claro que quería ser músico. Con el tiempo fui probando cosas, componiendo mis primeros experimentos, y así se van formando los sueños. Cumplí muchos. Pero todavía me falta uno. Componer la música de un largometraje.
¿Qué les dirías a tus seguidores acerca de los sueños que tienen de ser alguien en la vida?
Que no se dejen llevar por las estructuras, las costumbres, y la ética del “deber ser”. Simplemente, que escuchen a su corazón, si se sienten “vacíos” que vallan y aprendan hasta sentir que están para más. Para mi, no se trata de ser “alguien” en la vida y buscar a toda costa ser diferentes. Tenemos que encontrarnos con nuestro propio carisma, nuestra propia luz en lo que vamos a elegir hacer.
¿Qué sentís cuando estás en un escenario o participando en un proyecto detrás de escena, como ahora?
Cada función es única. Y los sentimientos también. El teatro te regala momentos inolvidables, porque siempre está “vivo”. Todos los Domingos, se hace un nuevo rodaje de la película y se imprime en tu memoria. Al darte cuenta que sos un eslabón más en la cadena de creación, no hay manera de sentirse sólo en esto. Y es muy lindo compartir tus emociones con otros, que suelen ser muy parecidas.
¿Estudiaste en alguna escuela de actuación o música? ¿Qué opinas de las escuelas de actuación que hay en la actualidad?
Ahora estoy estudiando en la escuela de música Leopoldo Marechal. Yo creo que todo músico alguna vez, se pregunta si es bueno estudiar o no. Porque justamente, en el arte no existen standares, estructuras. Y esto tiene como positivo, que vos hacés tu camino. Nadie te obliga a tener colgado el papel en la pared. Pero es necesario conocer bien nuestras limitaciones para saber cuando y qué tenemos que aprender.
¿Qué opinas de la educación actual en general?
Algo parecido a la respuesta anterior: que las escuelas en general, no te dan herramientas para saber hacer tu propio camino, tengas la edad que tengas. Te obligan a estudiar un programa estandarizado para rendir los mismos exámenes de siempre, que ya todos sabemos las respuestas. Y de la puerta para afuera qué hacemos? Cómo hablamos con un desconocido? Cómo nos hacemos valer? Cómo nos cuidamos si no tenemos a nuestros padres? Muchas preguntas todavía, y pocas soluciones.
¿Crees que el arte es importante en nuestras vidas? ¿Por qué?
Es muy importante para quien la hace, y para quien la consume. Es un lenguaje universal. Cualquier persona puede comunicarse con cualquier otra, a través del arte. Es sólo que faltan muchos espacios todavía, para que esto suceda.
El nombre de esta página es La Bitácora del Artista, como tal, ¿qué es lo que guardarías en laBitácora para que otros visitantes vean?
Una armónica envuelta en un paño azul, la película “Amélie” y un cuento de Cortázar, el que quieran.
¿Qué les dirías a las personas a las que no les gusta actuar, cantar, tocar o ninguna actividad artística?
Si no les gusta estar arriba del escenario, que estén abajo aplaudiendo. El punto es que no se rechace el mensaje. Para un artista es entregar su alma, y eso es invaluable. Creo que alguna vez, deberían darse una oportunidad de conocerse en otro sentido.